domingo, 5 de septiembre de 2010

EL SURTIDO 3

Así mismo cada artículo lleva un código de barra, que lo identifica, puede ser leído fácilmente por lectores ópticos. Las cajas pueden disponer en sus pantallas, de todos los datos necesarios.

El código se divide en 4 partes.


  • Datos indicativos del país.
  • Empresa
  • Datos identificativos del producto.
  • Carácter de control.


Código De Barras

La codificación comercial.

A cada país un numero de dos cifras que le identificará en todas las transacciones internacionales.

El industrial, solicita un número de 5 cifras que será común para todos sus productos.

El industrial numerará sus productos con los restantes cinco cifras.

El distribuidor efectuará el pedido de un producto mediante código del mismo.

El cliente que efectúa la compra, coge el artículo y lo lleva a caja.

El sistema lector transmite los datos del producto a la caja registradora.

En la caja aparecen los datos identificativos del artículo.

El ordenador registra los importes y salidas de los productos, así tenemos un control de las existencias de cada producto.

Obtener datos sobre volumen de ventas y análisis del surtido.

Obtener información sobre el tipo de clientela.

Surtido y gestión de Stocks. Un factor esencial para el éxito de una tienda es la adecuada selección del surtido. Los tipos de productos, la diversidad de productos y las marcas que ofrecemos,  son un elemento esencial para atraer consumidores a la tienda. Los costes de compra de aprovisionamientos, los costes de gestión del inventario y el servicio ofrecido a los consumidores dependen del surtido que seleccionamos.

El surtido se debe gestionar  principio, se debe  identificar los productos que son elegidos en función del público existente, para luego, monitorear la oferta de la competencia y considerar el espacio disponible (la amplitud y la profundidad del surtido).

El surtido se estructura en niveles y depende del tipo de negocio que se esté  analizando la cantidad de los mismos para adminístralos. De forma genérica se encuentra: los departamentos (como unidades de negocio independientes entre sí), las secciones, las subsecciones, las familias o conjunto de productos que responden a una misma necesidad, los productos o artículos y por último las referencias o unidades de venta, con una presentación, medida y tamaño concreto.


La amplitud, refleja el número de familias de productos diferentes que se está  ofreciendo y la profundidad, el número de productos diferentes dentro de cada familia.

Los supermercados e hipermercados, se caracterizan por tener un surtido amplio y profundo, los surtidos frecuentemente se componen de muchas familias y muchas referencias dentro de cada familia. Suelen manejarse 150 referencias aproximadamente.

Los autoservicios, tiendas de descuento o autoservicios, se caracterizan por tener un surtido amplio pero poco profundo. Es común que encontremos para cada familia de productos la marca líder y una más como alternativa.

Las tiendas especializadas, por el contrario presentan una amplia variedad de productos para unas pocas familias determinadas, el surtido es estrecho y profundo.

Las concesionarias, las tiendas tradicionales, los puestos de venta ambulante, presenta un surtido estrecho y poco profundo, muchas veces una sola familia de producto con 2 o 3 variedades.


La elección de productos que integrarán el surtido no es sencillo, sino todo lo contrario. Los productos van a generar diferentes beneficios, y el “sacrificio” de unos puede favorecer a otros, por eso es necesario conocer los posibles roles que le corresponde a cada producto, con el objetivo de alcanzar un equilibrio en la oferta.

Hay productos que se venden solos, comúnmente llamados de
rutina o rutina especial.

Son aquellos que definen el modelo de negocio y que sabemos que cuando vamos a un determinado lugar los vamos a encontrar, por ejemplo los remedios definen una farmacia, aunque encontremos accesorios para el pelo, productos de cosmética o de perfumería, sabemos que no podemos dejar de encontrar una aspirina en la farmacia. 
Lo mismo sucede con un supermercado, se sabe que no se puede dejar de encontrar pan, leche o azúcar, simplemente por su alto grado de necesidad. Su ubicación dentro del espacio de venta es en aquellos sectores poco visibles, por ejemplo, al final del supermercado, ya que el cliente los va a buscar estén donde estén. En esta situación de búsqueda se logrará además que el cliente se mueva dentro del espacio, induciéndolos a visualizar otros productos.


Están también los productos
con un rol de destino, son aquellos por los que se está definiendo nuestra compra en un determinado lugar, por ejemplo cuando se hace una lista de compra de supermercado, la carne determinará la elección de hacer la compra general en Coto, los panificados en Disco o Jumbo o los electrodomésticos en Carrefour. Estos productos deben tener un espacio central de exhibición y atención porque generan el posicionamiento para todo el local y la cadena.


Además encontramos,
los productos llamados productos de moda. Corresponden a los productos que actúan como “categorizadores sociales”, elevando el reconocimiento público a aquellos que los poseen. Para las marcas hoy en día estos productos son los “caballitos de batalla”. Su ubicación dentro del espacio de venta es en los mejores sectores, o las áreas principales, de mucha visibilidad, ya que su vida útil es corta, tienen alta rotación y por ende su margen comercial es muy interesante.

Por último, están
los productos de liquidación son aquellos que se debe lograr desprendernos rápidamente ya que están a punto de discontinuarse, vencer o simplemente porque han sido de bajo nivel de venta en el local. Es recomendable manejar estas situaciones de liquidación con cierto cuidado, evitando comunicarle al cliente que se encuentra frente a productos fallados, falsificados o en malas condiciones. Su ubicación dentro del espacio de venta es también en áreas visibles, generando una comunicación especial, y en exhibidores que transmitan la sensación de oportunidad.

Algunas técnicas en la exhibición, promoción y fijación de precios nos pueden ayudar a generar una imagen de surtido. Por ejemplo, si para una familia de productos tenemos diferencias en los productos pero no en los precios, la persona que está haciendo la compra no percibirá las diferencias como alternativa para elegir más de un producto, en cambio, si para cada variedad de producto tenemos un rango de precio diferente, puede, que esta misma persona seleccione más de un producto en la elección de la familia de productos.


Lo mismo sucede sí, en un encarte de promoción para una categoría como vinos, incluimos un vino importado caro, uno nacional premiun, la marca líder y una marca de primer precio, la persona que está viendo esta publicidad, al ver que se esta ofertando un producto importado y luego un producto por cada tipo de rango de precio, supondrá que el resto de productos y marcas para esta familia lo encontrará en el lugar, sin necesidad que le mostremos en la publicidad las 25 referencias que tenemos para esta familia de producto.


También se debe tener en cuenta, que se puede saturar la visualización de productos si se agrega muchas referencias para una misma familia, se puede confundir al comprador y provocar que no encuentre lo que está buscando.

Cabe resaltar frente al surtido lo siguiente 

1.    Todo metro cuadrado, en el interior de un establecimiento, debe hacerse cargo de un costo de alquiler. O sea, tenemos que cuidar cada metro de superficie (lo que se denomina, lineal al suelo) y cada metro de lineal desarrollado. Dicho en otros términos (antes que esto se vuelva complicado): nuestro costo global debe ser prorrateado entre todos los metros del establecimiento. Así, estaremos siempre preocupados en rentabilizar cada rincón, cada rinconcito.

2.     2. Cada $ (cada unidad monetaria) inmovilizada en mercadería, nos debe un interés mensual. De esta forma, después de algunos meses que se mantenga estancada, una mercadería, de por sí, ya nos representa pérdida. Por lo tanto, financieramente, la mercadería es rentable siempre y cuando, en un año, se pueda vender muchas veces el mismo stock. Decimos que un producto tiene coeficiente de rotación “12” cuando, en un año, el stock se renueva 12 veces. Resumidas cuentas: si un stock traspasa de un mes para el otro, luz amarilla. Es más, si un stock se traspasa de un mes, para otro, y para otro más, luz roja.


3.   3.  Un surtido ancho, muy ancho, comienza a rotar con mas lentitud. Siempre que usted abre demasiado el abanico del surtido, está debilitando la operación económica y financiera.

4.    4. Un negocio, un establecimiento, debe caracterizarse por algo, por alguna línea de productos que aporte un concepto de “personalidad”. Para darles una idea: no se puede operar totalmente con “genéricos”, con “más de lo mismo” o, con lo que los americanos llaman apropiadamente de “me too”. Si Usted es un “me too”, no tiene diferenciación. Su negocio debe tener un eje operativo y sobre ese eje dar batalla, después tener productos que arman, complementan, pero no se puede tener “de todo”.

      Lo importante, en cuanto al concepto de rotatividad, es el cálculo preciso sobre el número de veces que un stock se vende en un año. Si todo un stock se vende en 2 meses, se dice que rota 6 veces en el año. Así es la cosa: la rotatividad se debe medir en relación a un determinado periodo. En el caso de que rote 6 veces, decimos R/6 y en el caso de que rote 8 veces en el año, decimos que tiene una rotación R/8. 

Cuanto más rápidamente roten los surtidos, más rinde el capital invertido. Aquí comienza a quedar claro que el quid de la cuestión no está en marcar y marcar, pero sí en rotar y rotar. El negocio reside en vender muchas veces (en el año) el stock básico. 

Y aquí viene otra conclusión. Cuanto más aumente el coeficiente de rotación, más se pueden bajar los márgenes del beneficio. Esto es lo que hay de nuevo en merchandising: el negocio de aumentar el beneficio disminuyendo el tiempo de permanencia del producto en las góndolas. 





Ejemplo de mercado surtido

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